El sector veterinario, pilar fundamental para la salud y el bienestar animal, se enfrenta a una realidad cada vez más preocupante: la dificultad creciente para encontrar y retener profesionales cualificados.
Esta situación, lejos de ser un problema aislado, configura una crisis que amenaza la calidad de la atención veterinaria y la sostenibilidad del propio sector.
Un aumento de la demanda sin respuesta suficiente
Diversos factores convergen para explicar esta escasez de veterinarios. Uno de los más evidentes es el aumento significativo de la demanda de servicios veterinarios. La creciente concienciación sobre el bienestar animal y el vínculo emocional entre las personas y sus mascotas han impulsado la frecuencia y sofisticación de los cuidados requeridos.
Este incremento en la demanda no se ha visto acompañado de un aumento proporcional en el número de profesionales disponibles.
Condiciones laborales que no motivan
Además, las condiciones laborales y salariales en muchos centros veterinarios no siempre resultan atractivas para los profesionales.
Largas jornadas, alta exigencia emocional, gran responsabilidad y, en ocasiones, remuneraciones insuficientes generan una falta de interés y una alta rotación de personal.
Zonas rurales, las grandes olvidadas
Otro factor importante es la distribución geográfica desigual de los veterinarios. Las zonas rurales y las clínicas especializadas en animales de producción suelen tener mayores dificultades para atraer profesionales.
Muchos prefieren la comodidad de los núcleos urbanos y la especialización en animales de compañía, lo que deja desatendidas otras ramas esenciales del sector.
La feminización del sector y el reto de la conciliación
La feminización de la profesión veterinaria, si bien es un avance positivo, también plantea desafíos importantes de conciliación laboral y personal.
Es crucial implementar políticas que apoyen la maternidad y la paternidad, así como horarios flexibles, para retener el talento femenino, que representa una parte creciente de los nuevos veterinarios.
Una profesión poco reconocida por la sociedad
La percepción social y la valoración económica del trabajo veterinario también influyen en la crisis.
A menudo, la complejidad y la importancia del trabajo veterinario no son plenamente comprendidas ni justamente compensadas. Esta falta de reconocimiento puede desmotivar a futuros profesionales y frustrar a quienes ya ejercen.
Impacto directo en la calidad asistencial
La escasez de veterinarios tiene consecuencias directas en la calidad de la atención animal.
La sobrecarga de trabajo puede llevar al agotamiento, a errores diagnósticos o terapéuticos y a una menor disponibilidad de servicios, especialmente en urgencias o en zonas rurales.
Todo ello afecta gravemente al bienestar de los animales.
Soluciones para revertir la tendencia
Para abordar esta problemática, se requiere un enfoque multifacético:
- Mejorar las condiciones laborales y salariales
- Fomentar la conciliación entre vida personal y profesional
- Incentivar el ejercicio profesional en zonas rurales y en medicina de animales de producción
- Revalorizar social y económicamente la profesión veterinaria
Un llamado urgente a la acción
Solo con un esfuerzo conjunto de instituciones académicas, colegios profesionales, empresas del sector y la sociedad en general, se podrá revertir esta tendencia y garantizar un futuro sostenible para la salud y el bienestar animal.
La urgencia de actuar es innegable: el bienestar de nuestros animales, así como de las clínicas y hospitales veterinarios, depende de ello.
Susana Bellés – Directora de The Vet Office – Agencia de selección
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